miércoles, 18 de abril de 2007

Siempre hay tiempo para una cerveza...

Un viejo conocido me contó una "historia" que me hizo mucha gracia. Parece que es mucho pero se lee muy fácil... ¡No se arrepentirán!

Un profesor de Economía estaba frente a la clase con algunas cosas encima de la mesa. Cuando la clase empezó, silenciosamente cogió un frasco vacío de mayonesa y empezó a meter piedras de unos seis-siete centímetros de diámetro, hasta llenarlo. Después de hacer esto, el profesor preguntó a la clase si el frasco estaba lleno. La clase en pleno contestó que sí.

Entonces el profesor cogió piedras más pequeñas y las metió también en el frasco. Después de meter unas cuantas, agitó el frasco ligeramente. Las piedrecitas, por supuesto, se colaron entre los espacios que las rocas más grandes habían dejado, llenando los espacios vacíos. Después de hacer esto, el profesor volvió a preguntar si el frasco estaba lleno, a lo que la clase volvió a responder que sí. Los estudiantes se rieron.


El profesor cogió entonces una caja de arena y la echó en el frasco. Por supuesto la arena ocupó el espacio que seguía estando vacío."Ahora", dijo el profesor, "quiero que vosotros veáis en esto vuestra vida. Las rocas grandes son las cosas realmente importantes como la familia, la pareja, la salud, los hijos. Cosas que si todo lo demás se pierde y sólo esas se quedan, vuestra vida estaría todavía llena.
Las chinas o piedras más pequeñas son las otras cosas que importan como el trabajo, la casa, el coche.

La arena es todo lo demás. Las cosas sin importancia. Si ponéis la arena en el frasco lo primero de todo, entonces no tendréis espacio ni para chinas ni para piedras. Lo mismo se puede aplicar a vuestra vida. Si malgastáis vuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendréis sitio para las cosas que realmente son importantes.


Pero entonces un estudiante cogió el frasco que los otros estudiantes y el profesor estaban de acuerdo en que estaba lleno y procedió a verter un vaso de cerveza en él. Por supuesto la cerveza rellenó los espacios que todavía quedaban vacíos, haciendo que el frasco estuviera ya completamente lleno.

No importa como de llena esté tu vida, siempre hay sitio para una cerveza...


¡Es genial! El final es de coña: Siempre hay sitio para una cerveza... Pero es cierto. Ni con las cosas básicas, ni con las cosas importantes estaremos satisfechos... Siempre habrá sitio para un capricho, una risa, un beso... Siempre quedará algo por descubrir... Una vida llena donde no caben piedras nuevas es una vida muerta.


- Para tomarte una cerveza:

 
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